Thermo Scientific™

Base de agar de carbón (deshidratada)

Número de catálogo: CM0119B
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Base de agar de carbón (deshidratada)

Número de catálogo: CM0119B

Cultive y aísle Bordetella pertussis y Haemophilus influenzae con base de agar de carbón (deshidratada) de carbón Thermo Scientific™ Oxoid™. El medio está diseñado para proporcionar un medio que no contiene sangre para el cultivo de Bordetella pertussis y Haemophilus influenzae. El ácido nicotínico en el medio actúa como factor de crecimiento esencial para Bordetella1.

 
Número de catálogo
CM0119B
Formato
Each
Cantidad
500 g
Precio (ARS)
Especificaciones completas
DescripciónBase de agar de carbón
FormularioPolvo
Tipo de productoAgar
Cantidad500 g
ProducciónPara medios de 9,8 l
Unit SizeEach
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Número de catálogoEspecificacionesFormatoCantidadPrecio (ARS)
CM0119BEspecificaciones completas
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DescripciónBase de agar de carbón
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Tipo de productoAgar
Cantidad500 g
ProducciónPara medios de 9,8 l
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Haemophilus y Bordetella  son pequeños bacilos gramnegativos que tienden a asumir una forma cocobacilar. Los miembros de ambos géneros contienen especies que se encuentran exclusivamente en humanos y causan infecciones de las vías respiratorias. Las principales especies son Haemophilus influenzae, la causa de la meningitis purulenta aguda, y Bordetella pertussis, la causa de la tos ferina.

El agar de carbón fue desarrollado por Oxoid para proporcionar un medio que no contiene sangre para el cultivo de Bordetella pertussis y Haemophilus influenzae. Proom1 demostró que el ácido nicotínico era un factor de crecimiento esencial para las bordetellas. Ensminger et al.2 utilizaron un medio de carbón para el crecimiento de Bordetella pertussis en la producción de vacunas y encontraron que el medio podría reemplazar a Bordet-Genou. Mishulow et al.3 utilizaron agar de carbón para el cultivo de Bordetella pertussis .

La Haemophilus influenzae se cultiva en el medio que contiene 10 % de sangre achocolatada, pero sin antibióticos. La placa inoculada se incuba de 2 a 3 días a 37 °C. Las colonias suelen ser pequeñas, transparentes y similares a las gotas, pero puede producirse alguna transformación en la colonia de tipo ‘rugoso’. La diferenciación de especies se realiza mediante el examen de la necesidad de factores de crecimiento X y V en la base de agar de sangre CM0055.
El mayor problema en el aislamiento de las especies de  Bordetella  de las secreciones naso-faríngeas es la supresión de la flora no deseada durante el largo periodo de incubación en medios muy nutritivos.

La primera demostración in vitro  de Flemming de la penicilina fue para probar que podría ayudar a aislar la  Bordetella pertussi en medios4. Lacey5 confirmó esto, pero descubrió que la flora resistente a la penicilina todavía causaba problemas. Complementó la penicilina con 2 µg/ml de dihidrocloruro de 4,4’diamidino-difenilamina (M y B 938), lo que aumentó la selectividad de este medio.

Broome et al.6 encontraron que la meticilina era superior a la penicilina al suprimir la flora naso-faríngea no deseada, pero la publicación anterior de Sutcliffe y Abbott7 en la que se demostró que la cefalexina (40 µg/ml) era superior a la penicilina, ha demostrado ser el avance más significativo.

Se han confirmado los beneficios de la cefalexina como agente selectivo de  Bordetella pertussis 8,9,10,11. La capacidad de recuperar células tensionadas y la vida útil mucho más larga (6-8 semanas) son beneficios adicionales a su superioridad al suprimir el crecimiento naso- faríngeo no deseado.

Solo para uso en laboratorio
1. Proom H. (1955) J. Gen. Microbiol. 12 (1). 63-75.
2. Ensminger P.W., Culbertson C.G. y Powell H.M. (1953) J. Infect. Dis. 93 (3). 266-268.
3. Mishulow Lucy, Sharpe L.S. y Choen Lillian L. (1953) Amer. J. Pub. Health 43 (11). 1466-1472.
4. Fleming A. (1932) J. Path. Bact. 35. 831-842.
5. Lacey B.W. (1954) J. Hyg. 59. 273-303.
6. Broome C.V., Fraser D.W. y English J.W. (1979) In Internat. Symp. on Pertussis DHEW J. Washington DC pp 19-29.
7. Sutcliffe E.M. y Abbott J.D. (179) BMJ ii. 732-733.
8. Regan J. y Lowe F. (177) J. Clin. Microbiol. 6. 303-309.
9. Stauffer L.R., Brown D.R. y Sandstrom R.E. (1983) J. Clin. Microbiol. 17. 60-62.
10. Giligan P.H. y Fisher M.C. (1984) J. Clin. Microbiol. 20. 891-893.
11. Young S.A., Anderson G.L. y Mitchell P.D. (1987) Clin. Microbiol. Newsletter 9. 176-179.

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