Fecha de publicación: 20 de junio de 2022

Qué nos dice la ciencia sobre el diagnóstico de alergia alimentaria


No es extraño sentirse abrumado por un posible diagnóstico de alergia alimentaria. E incluso después de haberse sometido a las pruebas básicas de alergia, los resultados pueden dejarle con más preguntas que respuestas. ¿Y qué hacemos cuando tenemos dudas médicas? Recurrir a Google, por supuesto. Y entonces nos convencemos de que tenemos alguna enfermedad incurable que solo puede transmitirse por contacto directo con un triceratops y entramos en modo pánico total. 

¿Y sabe qué? Nada de eso es necesario. Leer bibliografía científica e información médica puede ser útil, pero gran parte de ese contenido es denso y difícil de entender (y, sinceramente, puede ser muy confuso).

Para ahorrarle tiempo y cordura, hemos revisado algunas de las últimas investigaciones sobre el diagnóstico de alergias para abordar las dudas más habituales. De este modo, estará mejor preparado para la próxima consulta con el médico. Y, con suerte, superará su recién desarrollado, pero completamente irracional, miedo al triceratops.

Todo diagnóstico de alergia alimentaria debe comenzar por que el médico recabe información para completar su historial clínico. Deberá estar preparado para responder a una serie de preguntas sobre los síntomas que experimenta, como la frecuencia y el momento en que se producen, su duración y lo que ha hecho para intentar aliviarlos. En función de sus respuestas, el médico decidirá qué pruebas se recomiendan.  

Las pruebas de IgE específica (sIgE) de alérgenos completos, ya sea en forma de pruebas de punción cutánea (PPC) o de análisis de sangre, suelen ser el siguiente paso, sobre todo en el caso de quienes experimentan urticaria, vómitos, dificultad para respirar o picor de boca o garganta poco después de comer un alimento o tienen una dermatitis atópica de moderada a grave, también conocida como eccema.1 Las PPC suelen realizarse en la consulta de un alergólogo, mientras que los análisis de sangre los puede pedir cualquier médico. 

Es mejor que ponerse a buscar en Google a mitad de la noche, ¿verdad? Siga leyendo.

La interpretación de los resultados de sus pruebas de sIgE puede ser confusa. ¿Un resultado positivo significa que corre el riesgo de sufrir una reacción alérgica grave? ¿Y si ha recibido un resultado positivo a un alimento que está comiendo actualmente sin presentar síntomas? ¿Cómo puede estar seguro de que se ha sometido a todas las pruebas de diagnóstico que necesita?

Todas estas son preguntas importantes que pueden surgir después de unas pruebas de alérgenos completos. Sabemos que quiere buscar en Google. Quédese tranquilo. Aquí tiene la respuesta:

Las pruebas de sIgE de referencia (tanto las pruebas de punción cutánea como los análisis de sangre) no pueden determinar la gravedad de una alergia prevista. Solo muestran que alguien está sensibilizado a un alérgeno. Es más, estas pruebas pueden dar resultados positivos a alimentos que un paciente está comiendo actualmente sin presentar síntomas. Los alergólogos son cada vez más conscientes de los peligros de realizar pruebas excesivas y de eliminar de la dieta de un paciente alimentos que está tolerando. 

La única forma de diagnosticar realmente una alergia alimentaria es realizar una prueba de provocación o exposición oral con alimentos. Durante esta prueba, el paciente come el alimento al que puede ser alérgico poco a poco y en cantidades gradualmente progresivas mientras está sometido a una estricta supervisión en un entorno médico. Una prueba de provocación con alimento con enmascaramiento doble y controlada con placebo es el método más fiable para diagnosticar una alergia alimentaria.2 En este tipo de prueba alimentaria, el paciente consume un placebo o el alérgeno alimentario por separado, normalmente en dos citas distintas. Dado que el alérgeno y el placebo tienen el mismo aspecto, ni el médico ni el paciente saben qué está consumiendo el paciente hasta que se ha completado la prueba.

Las pruebas de provocación con alimento con enmascaramiento doble y controlada con placebo requieren mucho tiempo y trabajo, y por eso la mayoría de los médicos optan por pruebas de provocación con alimento sin enmascaramiento. En una prueba de provocación con alimento sin enmascaramiento, tanto el paciente como el médico saben que el paciente está consumiendo el alérgeno.

Es importante tener en cuenta que las pruebas de provocación oral con alimentos llevan mucho tiempo, son costosas y pueden suponer un riesgo para los pacientes.2 Después de todo, el objetivo de la prueba es confirmar si el paciente reacciona a un determinado alimento. Eso significa que, al ingerir el alimento objeto de la prueba en cantidades progresivas, es posible que se produzca una reacción alérgica, razón por la que se realiza bajo supervisión y en la clínica. Si se ingiere una ración del alimento del tamaño de una comida y no hay síntomas, se le da el alta al paciente tras unas horas de observación. En cambio, si se produce una reacción alérgica, se interrumpe la ingesta y se administra la medicación necesaria. Se sigue observando al paciente hasta que los síntomas desaparecen.

Debido a los inconvenientes asociados a las pruebas de provocación oral con alimentos, los investigadores han desarrollado una forma más específica de análisis de sangre de sIgE que puede ayudar a los profesionales sanitarios a realizar un diagnóstico de alergia más completo y a determinar mejor si alguien debe evitar por completo un alimento o seguir adelante con una prueba de provocación con alimento.3 Esta nueva herramienta de diagnóstico, denominada prueba de componentes alérgenos, puede señalar las proteínas específicas que pueden estar causando los síntomas de la alergia alimentaria. Es algo muy importante, porque no todas las reacciones a un mismo alimento son iguales y, de hecho, dos personas con alergia al mismo alimento pueden gestionar su alergia de forma diferente. (Si desea obtener más información, descubra como las pruebas de componentes pueden mejorar significativamente la forma de gestionar la alergia al huevo y a la leche).

Por último, las investigaciones actuales sugieren que los pacientes pueden necesitar una combinación de pruebas de punción cutánea y pruebas de sIgE en sangre (tanto del alérgeno completo como de los componentes) para comprender plenamente su alergia alimentaria.3 Y dado que la alergia puede cambiar con el tiempo, los pacientes deben hacer siempre un seguimiento con el médico para ver qué pruebas adicionales, si las hay, resultan oportunas en su caso. 

Como bien dice el viejo proverbio, "el conocimiento es poder". Aunque al principio recibir un diagnóstico de alergia alimentaria puede parecer abrumador, es importante aprender lo básico para estar más preparado a fin de colaborar con su médico. Así, obtendrá la atención que necesita y el plan de gestión de la alergia más idóneo. Prepárese para su próxima cita con su médico con cuatro pasos importantes

Herramientas para entender la alergia

 

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  1. Frischmeyer-Guerrerio, PA. et al. IgE testing can predict food allergy status in patients with moderate to severe atopic dermatitis. Annals of Allergy, Asthma & Immunology. 2019;122(4): 393 - 400.
  2. Schussler E, Kattan J.  Allergen Component Testing in the Diagnosis of Food Allergy.  Current Allergy and Asthma Reports. 2015; 15(9): 55.
  3. LaHood NA, Patil SU.  Food Allergy Testing.  Clinics in Laboratory Medicine. 2019; 39(4): 625-642.